La juventud brasileña está dando la batalla contra el desastre ambiental… Bruna Rodrígues,
diseñadora y ecologista brasileña se enfrenta al ogro a los ogros del poder… en Brasil como en México el discurso ambiental sigue siendo poco atendido por los gobiernos, incluyendo los gobiernos progresistas…es más retórica que una praxis social…¿por donde comenzar? Y Bruna nos dice que es necesario comenzar por educar a los adultos y dejar a los niños en paz…ellos tienen la frescura y la sencillez de la verdad, quieren un mundo sano y habitable, aman naturalmente la naturaleza porque son naturaleza en estado puro… el problemas son los adultos, apegados a una vida consumista, individualista…los niños y niñas son los que sostienen el proyecto de la sexta extinción, los niños no, son portadores de una vida colectiva, sencilla y amorosa. Son los que evitarán el colapso.
¿cómo podemos habitar mejor nuestras ciudades y nuestras comunidades rurales sin destruir nuestro entorno? Bruna propone iniciar desde abajo, con grupos pequeños que empiecen a mirar y hacer una vida más sustentable…debemos abrevar en las narrativas de los niños para hacer cosas prácticas en lugar de imponer o domesticar a los niños, ellos son los portadores de la utopía que rescata el papel y la responsabilidad del hombre con la naturaleza: conservar la vida en su diversidad. Volver a la sociedades sencillas armonizadas con el medio ambiente, no tóxicas sino felices. Es construir una sociedad desde perspectiva libre y creativa de los niños/niñas y no imponiendo a los niños/niñas el discurso alienado de los adultos… trabajar en lo micro y crear redes… sería lo efectivo más allá de las protestas estridentes…viajar ligero como lo establecen la cosmovisión indígena…